“Mujer, no me hagas llorar”

Mujer, no me hagas llorar,
pero hoy no pude evitarlo.
En el día, una señora miré con detenimiento,
con tu sutileza, con tu mirada, con tu aire familiar.
Por un instante, el corazón se me detuvo,
creí que eras tú, que habías vuelto.
Pero no eras tú, y el mundo se desmoronó
en un suspiro que se convirtió en llanto.

¿Cómo no llorar si te extraño tanto?
Si cada día te busco en los rostros ajenos,
en las sonrisas que no son la tuya,
en las manos que no tienen tu tacto.
Hoy me acordé profundamente de ti,
y el dolor fue tan grande como el amor que te guardo.

Te recuerdo en cada detalle,
en las cosas pequeñas que con tus ojos me pedías,
en los gestos que un anciano repite,
en las palabras que solo tu mente podían decir.
Eras única, irrepetible,
y por eso duele tanto no tenerte aquí.

Y hasta entonces, te llevaré conmigo,
en cada suspiro, en cada paso, en cada sueño.
Porque aunque el dolor sea grande,
el amor por ti es más grande aún,
y no hay distancia ni tiempo que lo borre.

Mujer, no me hagas llorar,
pero déjame llorar hoy,
porque en estas lágrimas también vive
la promesa de que volveré a abrazarte

-Gael Ruiz González-

Por Erilara

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