Por: Iris Minerva López Sevik
4° F matutino
sala de lectura Cobachito Lector
Había una vez en una granja pequeñita, donde todos eran una linda familia y se querían mucho, la gallina panchita tenía seis hermosos hijos, sus queridos polluelos, una vaca muy amable llamada Cindy, unos cerditos muy parlanchines, un caballo muy servicial llamado Pánfilo y unas ovejas muy esponjositas.
Sucede que un buen día, donde el lindo sol abrazaba con su calor, la gallinita salió con sus polluelos, uno a lo lejos encontró a un gusanito baboso, escondiéndose lentamente bajo la tierra, no lo pensó más y fue tras él.
El bonito día estaba resultando algo diferente… Un momento ¿Dónde esta mi pollito?- Preguntó una gallinita muy asustada-, comenzaron a buscarlo por todos lados, en el monte, en los árboles, bajo las piedras, pero no lo encontraban.
~pobre pollito debe de estar muy solito ~.
La gallinita en su desesperación acudió a Pánfilo el caballo, quién se sumó sin dudar a la búsqueda.
En algún lado de la granja un pollito perdido buscaba como regresar a su casita con su mami y hermanos, ~pero hey, al menos ya tenía su jugoso gusanito ~.
De la nada apareció un tlacuache quién con una sonrisa se ofreció a llevarlo a casa, ~creo que alguien consiguió algo para cenar ~, el pollito desesperado aceptó y se fueron.
Pánfilo, ese servicial caballo vió a lo lejos una esponjositas bola amarilla junto a lo que parecía ser ¿Una rata sin cola?..
Es así que Pánfilo corrió muy, muy rápido, soltó una gran patada y mandó a volar al tlacuache mañoso, subiendo a su espalda al pollito y regresando a casa con un pollito y un gusanito.